La línea de crédito vuelve al mercado

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Durante muchos años, la línea de crédito ha sido un producto muy habitual dentro del mercado financiero. Especial ha sido su protagonismo dentro del sector empresarial, donde este producto se convierte en una herramienta fundamental para mantener la buena salud de la empresa en términos de tesorería y que también resulta muy útil para afrontar todo tipo de inversiones o gastos imprevistos.

Respecto al sector particular, lo cierto es que el producto ha quedado algo solapado entre los préstamos personales y los demás tipos de operaciones financieras que se ofrecen a estos usuarios. Sin embargo, la llegada de las nuevas entidades financieras que operan online han traído de vuelta la clásica línea de crédito para particulares, en un movimiento que amplía la oferta del mercado para los usuarios.

Si quieres actualizar tus conocimientos o te interesa saber más sobre qué es una línea de crédito te contamos todo lo que tienes que saber en nuestra guía, en la que también encontrarás consejos para saber qué línea de crédito te conviene más. Todo ello acompañado de una amplia oferta de productos interesantes tanto para quien busque una línea de crédito para particulares como para quien la requiera para su empresa o negocio.

Qué es una línea de crédito

Una línea de crédito es una operación financiera por la que se ofrece a una empresa o a un particular la capacidad de disponer de una cierta cantidad de dinero en el momento en que lo necesite. La cantidad disponible en esa línea de crédito dependerá tanto de las necesidades del solicitante como del criterio de la empresa que ofrece esa línea de crédito, conforme a sus normas de contratación.

Es importante saber que, a diferencia de los créditos en línea, cuando se trata de una línea de crédito nosotros tenemos abierta una posibilidad de financiación pero no tenemos la obligación de disponer de ella de forma inmediata. Tampoco tenemos la obligación de disponer de todo el capital en el momento en que solicitamos ese préstamo sino que podremos hacerlo por la cantidad que queramos obtener.

De todos modos, todos estos aspectos, así como las diferencias entre crédito y préstamo los iremos viendo de forma más detallada a lo largo de nuestro artículo.

Cómo funciona una línea de crédito

Para entender en detalle este producto vamos a empezar por saber cómo funciona una línea de crédito. Este producto nace con la solicitud por parte del cliente, ya sea un particular o una empresa. En esta solicitud el futuro cliente deberá indicar cuál es el importe de crédito del que quiere disponer, aunque tal como hemos comentado, la cantidad final será la que determine la empresa conforme a sus propias reglas de contratación.

Una vez que se solicita dicha línea de crédito y se aporta la documentación necesaria, conforme a lo que la entidad financiera solicita, se procede al estudio de la operación y su viabilidad. Si finalmente el proceso es satisfactorio se comunicará al cliente que dispone de una línea de crédito abierta por el importe correspondiente, bien el que haya solicitado o bien aquel que la entidad haya determinado conforme a su perfil financiero.

No obstante, aún queda un paso más para que ese dinero llegue al cliente.  Y es que la línea de crédito no se activa hasta que el beneficiario no solicita a la entidad el dinero que requiere.. Dicho de otro modo, si un cliente tiene una línea de crédito de 3.000 € pero no solicita ingreso alguno, no va a recibir ningún dinero. Por lo tanto, será necesario que proceda a solicitar parte de ese líquido disponible, o incluso la totalidad de la cantidad de la línea de crédito concedida, para que la misma le sea ingresado en su cuenta de la misma forma en que se haría con un préstamo convencional.

La ventaja principal de este funcionamiento es que el usuario no va a pagar gastos o intereses hasta el momento en que activa su línea de crédito y solicita parte del dinero al que tiene derecho por la misma. Una vez que solicita y recibe ese dinero entonces sí se inicia el proceso de devengo de intereses habitual en el resto de préstamos que hemos comentado en nuestra página web. Respecto a las condiciones de devolución del importe de la línea de crédito abierta, estas serán las que se hayan firmado en el contrato, que en este caso gana una mayor importancia frente a otras operaciones. Algo que hace vital conocerlo al detalle.

Durante el proceso de devolución del crédito es posible acceder bien al resto de la línea de crédito que el cliente no hubiera solicitado inicialmente o incluso a aquellas cantidades que ya haya devuelto. Dado que cada recibo que pagamos de esa línea de crédito consta de intereses y una devolución de capital, esta última cantidad implica un disponible cada vez mayor en la citada línea que, en muchos casos, pueden volver a utilizarse sin necesidad de haber abonado por completo el crédito pendiente. Una ventaja que puede resultar de utilidad en ciertas circunstancias, aunque también está sujeta a unos costes considerables en lo que a intereses se refiere.

Finalmente, si el cliente ha abonado todo el importe de la línea de crédito que había solicitado y no vuelve a hacer uso del mismo, esta línea quedará en espera hasta que el usuario decida de nuevo solicitar dinero vinculado a la misma. Por lo tanto, a diferencia de los préstamos personales, este tipo de operaciones no se cierra con la devolución de la última cuota, sino que permanece vigente hasta que el usuario decida un día que ya no quiere disponer de esa línea. Algo que, por otra parte, solo tendría sentido en aquellos casos en los que el hecho de disponer de esta línea de crédito suponga algún tipo de gasto por el mantenimiento de la misma.

Diferencia entre crédito y préstamo

Aunque a esta cuestión ya hemos dado alguna respuesta a lo largo de los apartados anteriores, para una mejor comprensión vamos a ver resumir y detallar cuáles son las diferencias principales entre crédito y préstamo.

La primera diferencia tiene que ver con el funcionamiento básico de la operación. Generalmente, cuando pedimos un préstamo personal o de cualquier otro tipo, esta operación supone disponer íntegramente de todo el dinero que hemos solicitado. Sin embargo las líneas de crédito nos aportan un capital y podemos utilizar en todo o en parte conforme a nuestras preferencias. No se nos va a ingresar el dinero directamente sino que lo vamos a tener que solicitar y tampoco tenemos que pedir que se nos ingrese todo, tal como pasa con un préstamo, sino que podemos pedir el importe que más nos interese.

Otra diferencia interesante entre un crédito y un préstamo es que este último generalmente tiene un fin concreto. Podemos pedir un préstamo para comprarnos un coche, para reformar nuestra vivienda, para hacer un viaje o simplemente para cubrir algún gasto imprevisto. En el caso de la línea de crédito para particulares o para empresas también vamos a poder emplear ese dinero en cualquiera de estos gastos o para cualquier otra cosa que sea necesario. La diferencia es que la línea de crédito no requiere de un objetivo concreto a la hora de realizar la solicitud, sino que es el usuario el que libremente determina en qué gasta ese dinero. Algo que también resulta interesante, para no tener que dar muchas explicaciones.

Aunque es cierto que no todas las líneas de crédito funcionan de este modo, otra de las diferencias que encontramos respecto a los préstamos tradicionales tiene que ver con la tarjeta incluida. Pensemos que muchas de las tarjetas que tenemos son justamente tarjetas de crédito y que se acompañan de un cierto límite que podemos gastar con ellas, pagando el mismo en pequeñas cuotas durante los meses siguientes. En general, los préstamos nunca van a tener una tarjeta física de apoyo dado que la idea es que el dinero que hemos solicitado se nos ingrese por completo en el momento de la solicitud. En este caso, la tarjeta que va vinculada a esa línea de crédito es la que nos permite realizar las disposiciones del dinero concedido. No obstante, muchas de las empresas que nos ofrecen hoy día su línea de crédito online también cuentan con una aplicación propia para nuestro móvil desde la que podemos realizar esas disposiciones de efectivo.

Qué tipos de líneas de crédito existen

Dado que existen muchos productos cuyo funcionamiento final es similar al de una línea de crédito, vamos a enumerarlos a continuación para que sepas qué opciones tienes a la hora de solicitar una línea de crédito para empresas o para particulares.

Tarjeta de crédito: Aunque muchas veces no nos damos cuenta de ello, la clásica tarjeta de crédito de toda la vida es, efectivamente, una línea de crédito. En general, esta tarjeta nos concede un límite de gasto determinado en función de lo que solicitemos. También es habitual que si realizamos una compra en algún comercio, el límite de gasto sea el importe total de dicha compra pero con la salvedad de que más adelante podremos disponer de ese mismo importe para realizar nuevas compras en dicho establecimiento o incluso obtener efectivo en cajeros, dependiendo de los servicios que nos ofrezca la financiera correspondiente.

Tarjeta revolving: Aunque su funcionamiento es parecido al de una tarjeta de crédito tradicional, la tarjeta revolving tiene como principal diferencia la posibilidad de que nos ofrezca volver a usar el importe que hayamos devuelto de la línea de crédito que tengamos concedida. Dicho de otro modo, si en la línea de crédito se nos conceden un total de 2000 € hemos gastado 1500 y hemos devuelto 500 euros entonces tendremos un importe disponible total de 1000 €. Es decir, la suma de los 500 € que dejamos pendientes en la primera operación más los 500 € que hemos devuelto a lo largo del tiempo. Está operación tiene la ventaja de disponer de ese importe adicional pero también tiene el inconveniente de que sus gastos e intereses son de los más elevados del mercado.

Línea de crédito tradicional: La línea de crédito tradicional es aquella que nos ofrece una entidad bancaria clásica y que se gestiona de la forma habitual. Es decir, en caso de que necesitemos realizar una disposición de efectivo tendremos que hacerlo directamente en nuestra oficina o bien a través de las aplicaciones o servicios adicionales que esa entidad bancaria ponga a nuestra disposición para tal cometido. En este caso, el planteamiento tradicional se debe sobre todo a la entidad que gestiona dicha línea de crédito, cuyos procedimientos están ya algo desfasados. Algo que puede resultar perjudicial en ciertos aspectos como la agilidad del proceso de estudio y concesión.

Línea de crédito online: En contraposición a la línea de crédito tradicional encontramos las nuevas líneas de crédito online. Este servicio se gestiona a través de empresas financieras específicas que operan únicamente a través de la red y que ofrecen procedimientos mucho más ágiles que la banca tradicional. Entre sus ventajas tenemos un plazo de gestión mucho más reducido y, en muchas ocasiones y dependiendo del importe, una menor gestión documental a la hora de solicitar uno de estos préstamos. Por tanto, pueden ser una alternativa interesante si queremos ahorrar problemas o complicaciones a la hora de acceder a una línea de crédito inmediata o a un producto mucho más rápido que uno de corte tradicional.

Microcréditos: Es una de las últimas opciones que ha llegado al mercado y se ha convertido en una buena opción a la hora de solicitar una línea de crédito online. Su característica más destacada es que el importe que suelen ofrecer estas operaciones es bastante reducido. De hecho, muchos de estos microcréditos apenas nos permiten pedir 100, 200,300 o 500 euros como mucho, que generalmente se nos van a ingresar directamente, a diferencia de lo que ocurre con los créditos convencionales. No obstante, estos productos son una buena solución cuando se trata de conseguir una línea de crédito inmediata o de conseguir dinero rápido y sin muchas complicaciones. Además, en caso de que vayamos devolviendo en tiempo y forma el importe que hemos solicitado es muy probable que se nos amplíe la línea de crédito y podamos pedir unas cantidades algo mayores, que en algunos casos rondan los 1.500 €.

Cómo solicitar una línea de crédito

El proceso de solicitud de una línea de crédito es bastante parecido al que se realiza para pedir un crédito convencional o cualquier otro tipo de préstamo personal. Lo primero que deberemos hacer es evaluar las diferentes propuestas del mercado y apostar por aquellas cuyos gastos sean más reducidos, siempre teniendo en cuenta el importe máximo que se nos va a conceder y evaluando si este encaja dentro de nuestras necesidades específicas.

Una vez que tenemos nuestra empresa seleccionada, es el momento de realizar la petición formal, mediante los documentos o formularios que sean necesarios. Si solicitamos esa línea de crédito con una entidad tradicional tendremos que desplazarnos a su oficina y aportar allí la documentación correspondiente a fin de demostrar nuestra solvencia económica. Si hemos optado por solicitar una línea de crédito online, este proceso se realiza cómodamente desde casa y con la ventaja de que la cantidad de documentación que se nos va a solicitar es bastante más reducida. La explicación es que, en este último caso, el proceso de valoración de riesgos por parte de la entidad financiera se realiza mediante el llamado scoring, que evalúa diferentes parámetros de nuestro perfil a fin de evaluar cuál es la cantidad máxima que podemos recibir en línea de crédito y cuáles son los riesgos asociados a nuestra persona.

Si el proceso de solicitud es satisfactorio, este hecho será comunicado por la empresa, que además emitirá la tarjeta correspondiente para disponer del préstamo, si procede. En caso de que surja alguna duda respecto al proceso de solicitud o sea necesario algún tipo de documentación adicional, la entidad financiera nos lo comunicará y nos dará un plazo para solventar está incidencia. Finalmente, si nuestra solicitud es denegada, también se nos va a comunicar, aunque sin indicar generalmente las razones de tal rechazo.

Si finalmente nuestra línea de crédito ha sido aprobada y ya tenemos con esta tarjeta o la posibilidad de solicitar el dinero, solo nos queda realizar esa solicitud mediante el procedimiento que nos haya indicado la entidad. Desde que realizamos dicha solicitud hasta que el dinero se recibe no suelen pasar más de dos o tres días, correspondientes principalmente al tiempo necesario para que la transferencia de efectivo llegue a nuestra cuenta. Es importante no olvidarnos de dar este paso dado que en las líneas de crédito el dinero no se nos ingresa de forma automática, tal como pasa en los préstamos personales y las demás operaciones similares.

Qué gastos conlleva una línea de crédito

Uno de los aspectos que siempre tenemos que tener en cuenta a la hora de solicitar una línea de crédito son los gastos que este tipo de operaciones llevan aparejados. En este caso sí hay similitud con los préstamos personales, dado que los gastos vienen siendo los mismos. Hablamos de los intereses de la operación y las comisiones vinculadas a su gestión.

Empezando por los intereses, esta cantidad es la correspondiente a la remuneración o pago que el prestatario realiza respecto a la cantidad que le ha entregado el prestamista. Es importante insistir que en las líneas de crédito solo se pagan intereses por el importe dispuesto de forma efectiva y no por el total del crédito que podemos llegar a pedir, a menos que lo hayamos solicitado de forma completa. Estos intereses son variables y dependiendo del tipo de producto pueden rondar desde un 6 o 7%, para los más ligeros, hasta cerca de un 24 o 25% para los más gravosos. Como siempre, cuanto más reducido sea el importe de esos intereses mucho mejor.

El otro aspecto a valorar en lo que a gastos se refiere tiene que ver con las comisiones. En las líneas de crédito es habitual que se cobre una comisión de apertura o de estudio, en compensación por la tramitación que la empresa lleva a cabo para evaluar nuestro perfil y valorar si realmente puede abrir la línea de crédito con el importe que hemos solicitado. A veces, también nos pueden cobrar una comisión de mantenimiento sobre la línea de crédito abierta aun cuando esta no haya tenido movimientos. El argumento detrás de esta comisión es la de cubrir los gastos derivados de mantener dicha operación activa y a nuestra disposición.

Por último, es importante que antes de firmar una línea de crédito nueva le echemos un vistazo a los gastos relativos a los impagados. Tal como pasa con el resto de operaciones financieras que hemos comentado, estos gastos suelen ser muy elevados y pueden suponer una carga considerable en caso de que tengamos problemas para pagar nuestra línea de crédito en fecha. Obviamente, todos queremos pagar nuestras deudas en plazo, pero eso no implica que surjan imprevistos y problemas que nos lo impidan. Por eso conviene saber cuáles son los gastos derivados de tales circunstancias. Por una parte, tendremos que afrontar el pago de las comisiones por la reclamación de impagados o de posiciones deudoras. Por la otra, tendremos que pagar intereses de demora por cada día o por cada mes que nos retrasemos en el pago de nuestras deudas. Cantidades que, unidas entre sí, pueden llegar a superar el importe de un recibo corriente y causar un grave problema a nuestra estabilidad financiera.

Preguntas frecuentes

Si aún te queda alguna pregunta sobre la línea de crédito, sus funciones y características, aquí resumimos algunas de las dudas más habituales que suelen surgir al respecto de este producto con sus correspondientes respuestas. Un apartado con el que aclarar los posibles flecos que puedan quedar sueltos en tus conocimientos cuando se trata de ejecutar una de estas operaciones financieras.

¿Puedo pedir una línea de crédito con ASNEF?

Dado que uno de los requisitos que suelen tener las líneas de crédito es que el cliente tenga un perfil financiero lo más saneado posible podríamos pensar que no sería posible pedir una línea de crédito si estamos en un registro de morosos como ASNEF o RAI. Sin embargo, ciertas entidades financieras hacen caso omiso a este tipo de registros, especialmente aquellas que ofrecen líneas de crédito de pequeño importe o de tamaño ajustado. Por lo tanto, si tus necesidades financieras son reducidas, es posible que aún puedas acceder a ese dinero a través de una de estas empresas.

¿Cuánto tiempo tengo para devolver mi línea de crédito?

La respuesta depende de lo que hayamos acordado con la entidad financiera correspondiente a la hora de realizar el contrato. Frente a los préstamos tradicionales, en los que los importes de los pagos y las fechas son fijos, en el caso de las líneas de crédito estos pagos dependen de la cantidad que hayamos dispuesto. En general, se suele establecer una suerte de recibo mínimo, y este es el que se toma como base para realizar el cálculo del tiempo de devolución del préstamo. También es habitual que en aquellas líneas que incluyen una tarjeta de crédito o algún otro método similar se ofrezca la opción de elegir en cuántas cuotas queremos devolver el importe solicitado. En lo único que hay acuerdo es que esas cuotas van a ser mensuales, salvo si se trata de un microcrédito con un plazo de vencimiento inferior a un mes.

¿Qué garantías se necesitan para solicitar una línea de crédito?

En el caso de las líneas de crédito para particulares es habitual que se solicite una nómina o declaraciones de ingresos en el caso de las líneas de crédito para autónomos. Si se trata de una empresa, lo habitual es que se soliciten cuentas anuales, las cuentas de pérdidas y ganancias o bien las declaraciones correspondientes en caso de que no se realicen alguno de los documentos anteriormente citados. La cantidad de documentos solicitados y de garantías exigidas variará en función del importe de la línea de crédito solicitada. Cuanto mayor sea ese importe, lógicamente, mayores serán las garantías que se exijan durante el proceso de estudio.

¿Cuál es la mejor línea de crédito del mercado?

Esta respuesta es complicada dado que la misma depende de muchos factores, de los que la mayoría están relacionados con el  perfil del solicitante. En general, la mejor línea de crédito será aquella que cubra la cantidad de dinero que solicitamos y que nos lo ofrezca con la menor cantidad de gastos e intereses. Por lo tanto, se hace imprescindible realizar un estudio detallado del mercado y de las diferentes opciones que tenemos a nuestro alcance para elegir aquella que más se ajuste a nuestra necesidad concreta y cubra la misma con el menor coste posible.

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